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Maduración Psicomotriz en el primer año del niño

Lydia F. Coriat

Reflejo de Landau

El reflejo descrito por Landau resulta de una compleja interacción de reacciones laberínticas y tónico-cervicales. Para observarlo, debe mantenerse al niño en suspensión horizontal, dorso arriba, posición en la que la cabeza se eleva espontáneamente en dorsiflexión impulsada por reflejos de enderezamiento cefálico de origen laberíntico. Tal actitud determina que el tronco y los cuatro miembros se extiendan “dando al eje del cuerpo la disposición de un arco tenso cóncavo hacia arriba”, según dicen Gareiso y Escardó. Si entonces se flexiona pasivamente la cabeza, el niño seguidamente flexiona el tronco y los miembros (figs. 15 y 16).

15
16

Desde la primera descripción en 1923 poco se ha adelantado en el conocimiento de esta reacción, y las dudas que subsisten acerca de su fisiogenia fueron ya señaladas por Landau. Es posible que las respuestas en flexión no sean reacciones activas, sino consecuencias de la inhibición del hipertono extensor, que sobreviene al anularse el reflejo de enderezamiento cefálico. Desaparecido este estímulo extensor fundamental, tronco y miembros caerán a impulso de la gravedad, volviendo a su semi flexión habitual.

Discrepan los investigadores acerca de las edades de comienzo y caducidad del reflejo de Landau. Peiper, siguiendo a Landau, anota su hallazgo a los tres meses y consigna su desaparición “en el curso del segundo año”. Gareiso y Escardó lo obtienen mucho más tempranamente, desde el primero o segundo mes. Dekaban lo considera habitual recién a partir del décimo mes, y extiende su presencia hasta principios del tercer año. André-Thomas y Sainte-Anne Dargassies le asignan un período de existencia mucho más breve, entre los tres y los siete meses.

Es probable que estas divergencias provengan de variantes de la técnica semiológica o del criterio utilizado para considerar positiva la respuesta; pero seguramente influye también el grado de madurez postural alcanzado por el niño a través de experiencias previas: ya Landau había observado que la reiteración de la maniobra parecía inducir cierto aprendizaje, puesto que tras varias pruebas los niños evitaban la caída de los miembros cuando se les flexionaba la cabeza, mantenían los muslos en el eje del tronco, y éste enderezado en línea recta. Hecho que confirma, una vez más, el valor de la ejercitación de los reflejos arcaicos para el desarrollo de las funciones superiores que han de estructurarse sobre sus huellas.

Según nuestra experiencia aparecen esbozos de esta sinergia ya en el curso del primer trimestre. Hemos seguido su cronología y observado su presencia hasta comienzos del segundo año; no investigamos, sin embargo, la edad precisa en que se extingue.

Bibliografía
  • ANDRE-THOMAS et SAINTE-ANNE DARGASSIES: Études Neurologiques sur le Nouveau-né et le jeune nourrisson. 1 vol. Paris, Masson, 1952.
  • DEKABAN, A: Neurology of early childhood. 1 vol. The Williams and Wilkins Co., Baltimore, U.S.A., 1970.
  • GAREISO, A. y ESCARDO, F.: Neuropediatría. 1 vol. El Ateneo, Bs. As., 1957.
  • LANDAU, A.: “Uber einen tonischen lagareflex beim alteren sauling” Klin. Wschr., 2:1253, 1923. Cit. por Dekaban y por Peiper.
  • PEIPER, A.: Cerebral function in infancy and child-hood. 1 vol. Ed. Bureau, New York, 1963.